Arte conceptual del Capitulo de los Black Templars (Templarios
Negros), que se vio en el año 2005 con la salida de su Codex.
Los
"Black Templars" son mi capitulo favorito, tenían muchas
características que los distinguían de los demás Astartes; Como que fueran el Capítulo
más numeroso, nadie solo su gran mariscal sabía exactamente cuántos hermanos de
batalla los integraban, su organización no era por compañías era en cruzadas
compuestas por un numero variable, desde algunos pocos Templarios hasta el
equivalente a varias compañías, estas cruzadas estaban diseminadas por toda la
galaxia en numerosos frentes lo que hacía mucho más difícil calcular su número
real, pero lo más probable era que igualaban a las legiones pre-herejía, superando
incluso a los Lobos Espaciales que son otro capítulo que no sigue el Codex Astartes
y lo integran 12 grandes compañías cada una del equivalente de un Capitulo
Codex, si alguna vez los Templarios Negros juntaran todas sus flotas serian de
verdad una fuerza impresionante.
Otra característica
unica es su forma de entrenamiento; Al
carecer de compañías de exploradores los Neófitos (como se les denomina a sus reclutas)
tienen una formación al estilo Jedi (Maestro-Padawan) un Hermano de Armas los
toma bajo su tutela y es el encargado de formarlo en las artes de la guerra a
su vez el Neófito sirve a su maestro como un escudero, incluso combate a su
lado y no es raro ver en los grupos de ataque de Templarios Negros varios Neófitos
luchando codo a codo con sus maestros y sus demás hermanos para ganarse el
derecho a portar la servoarmadura y completar sus implantes genéticos que lo convertirán
en un Marine Espacial.
Tal vez lo
que más distingue a los Templarios Negros es su carácter irascible y su extremo
celo por el credo imperial, heredado sin duda de su fundador Segismundo primer Paladín
del Emperador y favorito de su Primarca Rogal Dorm de los Puños Imperiales, Legión
de la que descienden, prefieren sobre todo el combate cuerpo a cuerpo porque
creen que es la forma más noble de combatir a sus enemigos y tiene la costumbre de sujetar sus armas a
sus manos con cadenas para simbolizar que nunca se rendirán en combate.
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